Rifles Taser de largo alcance aumentarían el riesgo de shocks y lesiones

Aumentar la distancia con un agresor potencialmente peligroso es siempre una buena idea, sin importar los riesgos para el supuesto agresor. Ese parece ser el pensamiento detrás de un proyecto del Pentágono, que está en su fase final, el cual pretende perfeccionar un proyectil capaz de entregar un choque eléctrico para incapacitar a una persona a decenas de metros de distancia.
El proyectil, está siendo desarrollado por Taser International gracias a un contrato de 2,5 millones de dólares, es conocido como Human Electro-Muscular Incapacitation (HEMI), y Taser entregará los primeros prototipos para pruebas y evaluación el próximo año.
El equipo autónomo es capaz de alcanzar blancos a 60 metros, eso es más de tres veces el alcance de el cartucho de escopeta XREP.
Sin embargo, la fuerza del impacto del proyectil sigue siendo una preocupación, ya que hay un riesgo conocido de una lesión grave ante el impacto de los proyectiles, ya sea por la fuerza a distancias cortas o por golpear algún área sensible del cuerpo, dice el investigador de seguridad Neil Davison, que ha escrito recientemente un libro sobre armas no letales.
Desde el Pentágono insisten en que los dispositivos están diseñados para ofrecer la mínima fuerza de choque, y que un aspecto importante de este proyecto es la reducción de la masa del proyectil, logrando así la mitigación de las fuerzas de impacto sobre el objetivo a través del nuevo proyectil.
La duración de la conmoción que el HEMI entregará al objetivo también ha planteado problemas, ya que los tiradores que necesitarán tiempo para alcanzar el objetivo de incapacitado, dando como resultado un shock eléctrico duradero, el cual aumenta más aún los riesgos para la salud.
Desde la Leeds Metropolitan University, del Reino Unido, Steve Wright, un especialista en armas no letales asegura que deberíamos estar preocupados por los efectos no deseados si la gente va a ser objeto de ataques de que logren una incapacidad prolongada.
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